EN SU PERDIDA MIRADA
Fue de
lejos, lo veía venir pero su mente lo rechazaba.
Cuándo sonreía sabía que
estaba aquí, cuándo hablaba del pasado sabía que aquí estaba.
Mi
sorpresa era su sorpresa, ¿y tú quién eres?
Dímelo
tú, recuerda mi nombre.
Seguro
que nos tienes ocultos para que no se nos coma esta enfermedad y nos guardes en tus recuerdos.
En su
mirada perdida, no había perdición, nos veía desde su mundo, en el que su mente
se refugió.
La
llegada del silencio nos pilló desprevenidos,
cómo
si no quisiéramos conocer el momento,
cómo
si retrasar lo inevitable fuese un acierto.
Ahora
que ya venció la enfermedad y se lo llevó entero, ahora es cuándo nos damos
cuenta de su lucha por estar más tiempo entre nosotros, sus seres queridos.
Al
final seguro que entendió su duelo, el duelo doloroso que nos oprime el pecho,
el amor que nos desborda y le que le llenó entero, del cariño, de los besos,
del saber que ahí siempre estaremos.
Mi
querido tío Julián, ya eres eterno, vivirás siempre en nuestros corazones y con
nosotros siempre te sentiremos.
20 de
octubre del 2015 te hiciste luz, ahora hay una estrella más en el universo.
Descansa
En Paz.
Te
queremos.
Oscura Forastera
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