Toda la culpa la tuvo él, engendrando en mí su cariño, tan solo con miradas, con palabras que querían ser caricias. También yo la culpa tuve, aprendí a apreciar tarde, eso, que se quiere y que por causas ajenas se rechaza y se pierde. Quizás… por no saber… Ahora nada tengo y nada doy. Que fría resulta la vida, que está vacía como la mía. Él intentado llenarla, y yo, no le dejaba. ¡Qué tontería! Él era la realidad, y yo, amaba la fantasía. Ahora él vive un presente, yo tan solo eso, un pasado y un recuerdo… Intenté agarrar el tiempo, y creí poder sujetarlo. Yo apretaba fuerte, y él lo iba soltando… Se iba agarrando a otro cabo suelto, soltando el mío y dejando un nudo, que deshacerlo me estaba costando, ¡Por fin me liberé! Él, a otro cabo se ha anudado. Yo busco, y sé que encontraré, quien mi cabo ate al suyo.